Gracias…pero

Hablando con algunos amigos y familiares me puedo dar cuenta que la afición ha tomado con calma este resultado, que más allá de la alegría que uno siente cuando su país gana, sabe que lo mostrado ayer por Perú deja sensaciones encontradas, quisiéramos ilusionarnos pero creo que con sensatez , no lo hacemos.
Primero agradecer a los muchachos que jugaron ayer, once hombres y no nombres que defendieron y entregaron todo por su país, y mientras eso pase , no se les podrá exigir mas, solo espero que Chemo se de cuenta alguna vez que a un equipo con garra, luchador, caliente no le puedes mandar una congeladora, eso hace daño y hasta podría ocasionar una parálisis, por ello espero que Quinteros no juegue más por la selección, no aporta nada y quita mucho.

En contraste a las ganas que le puso Perú, estuvo la apatía del equipo venezolano, de hecho no quisiera hablar del rival, quisiera seguir hablando bien de la selección, de Alva, de la sorpresa Zambrano, de Vargas, de Chávez , de todos, pero…….. siempre hay un pero ¿ como dejar de ser mezquino?, ¿Cómo negar la realidad?

La realidad nos dice que la Venezuela de anoche no es la que conocíamos, que parecía la selección de la década pasada, un equipo débil, apático y con una noche nefasta para sus jugadores, El arquerazo Vega estuvo nervioso, el capitán Rey no marco bien, el cerebro Arango nunca organizó al equipo y Maldonado falló como no lo hace normalmente. Nunca Venezuela jugó así en estas eliminatorias y nunca nos tocará un partido más fácil por mucho que juguemos en casa.
Lo que se viene es realmente difícil, Argentina no debería pasar apuros para ganarnos, ni siquiera sus bajas juegan a nuestro favor, los reemplazantes vienen de ser campeones olímpicos, están a gran nivel y entregarán todo por llenar los ojos a su técnico.

Ganas fue lo que Perú puso ayer en la cancha y alcanzó,
Ganas es lo que no puso ayer Venezuela y perdió.
Ganas es lo que le sobra a Argentina, viene rabioso a salir de este bajón en las eliminatorias y quién mejor e que Perú para reinvidicarse.

¿Qué hacer? Por ahora solo queda ir al estadio o prender la tele, ver el partido y aplaudir a los muchachos que seguramente dejarán nuevamente todo en la cancha.