martes, 3 de febrero de 2009

Es hora de irse

Roberto Palacios debe ser uno de los jugadores más queridos de mi generación. Nunca olvidaremos las eliminatorias de Francia 98 donde gracias a sus “chorrigolazos” estuvimos cerca de la clasificación, nunca olvidaremos que tras marcarle un gol a Paraguay y mostrando su cariño por el país, celebró con el ya famoso polo “Te amo Perú”. Entonces, estamos hablando de un futbolista querido no solo por el hincha cervecero sino por el hincha peruano en general, pero a la vez, estamos hablando de historia, de un jugador que ya no rinde como antaño y que creo inexplicablemente tiene un lugar fijo en el once de Cristal.

Los buenos futbolistas no entienden que los ciclos se cumplen y no valoran el hecho de que el retirarse en un buen momento de sus carreras, los convertirá en ídolos históricos de sus equipos. Jorge Soto no entendió eso en su momento y al parecer el Chorrri tampoco. Creemos que hoy aporta poco a su club, con sus cerca de 37 años ya no es el habilidoso volante de antaño.No entiendo como la prensa lo llena de elogios, hablando incluso de que ahora forma una dupla demoledora con Hurtado, cuando los que vimos el partido frente a Estudiantes , sabemos que en la única jugada de peligro en la que se encontraron fue en el segundo gol de Cristal en la que tras una buena jugada de Hurtado , el Chorri se cae y eso hace que el defensa argentino rechace mal y le quede la pelota al Vagón para marcar el gol ¿Qué otra jugada hicieron juntos?.

A pesar de nuestra posición, no podemos negar que el Chorri aporta experiencia y dos o tres minutos de inspiración por partido que ciertamente contagia a sus demás compañeros ¿Eso es suficiente? …creemos que no. Hay jugadores que le pueden dar mucho más fútbol a Cristal, ahí está Sheput y el mismo Lobatón, al que POR FAVOR¡ hay que utilizarlo como 10, como creador, el NO es un volante mixto, es un generador de fútbol o es que ustedes creen que Lobatón tiene marca?.

Son ya muchos los partidos en los que Palacios está parado en la cancha, sin creatividad ni propuesta alguna y no se entiende el por qué de su titularidad en el equipo. Habría que ver si Juan Carlos Oblitas está conforme con todo esto, esperemos que no sea resultado de argollas ni condicionamientos externos, ni muchos menos un miedo o respeto extremo al jugador, pues aquello perjudicaría, como creo que ya lo está haciendo, a un equipo de gran tradición, que busca volver a los primeros lugares, como es su derecho ganado a través de tantos años de victorias nacionales e internacionales.